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Archivo de marzo 2012

El algodón orgánico en el colchón

El algodón orgánico es aquel que en todo su proceso, preparado de la tierra, cultivo y recolección no se ha utilizado ningún tipo de producto químico o sintético.

Las fibras químicas provienen en su mayoría del petróleo, en cambio, el algodón es la fibra principal que satisface la demanda de productos textiles y es una excelente elección como fibra ecológica en todo su ciclo, pues es sustentable, renovable y biodegradable.

Según un estudio comparativo realizado por el Centro de Agricultura Sostenible de la Universidad de Bertmont entre más de 120 cultivos de algodón modificado en India y 123 de esta misma planta cultivados de forma orgánica, el cultivo de algodón orgánico es una fuente muy importante de beneficios económicos y medioambientales puesto que el algodón tipo “Bt” necesita una gran cantidad de pesticidas y herbicidas para su crecimiento. Asimismo los responsables de la investigación critican también la calidad del producto, asegurando que el algodón “Bt” sale perdiendo frente al orgánico.

Las ventas globales de algodón orgánico han aumentado un 40% en los últimos tres años. Aunque todavía es poco, la tendencia es alentadora.

El algodón Orgánico y la Dermatitis Atópica

La Dermatitis Atópica, es una enfermedad que consiste en un estado reaccional de la piel. Se caracteriza por erupciones con aspecto de escamas, intervienen factores tanto ambientales como constitucionales y afecta frecuentemente a niños.

El Algodón orgánico en sus colchón ayuda a reducir estos eccemas y alivia la piel afectada,

¿Porqué elegir Algodón Orgánico?

No es tratado químicamente: el algodón convencional es blanqueado antes de ser teñido y se utiliza cloro, peróxido de hidrógeno, dioxín y formaldehido entre otros. También para su teñido se utilizan metales pesados como cromo, cobre y zinc y para la confección de sus broches se utiliza níquel; todos ellos contaminantes y dañinos al contactar con la piel de las personas.

Reduce el uso de pesticidas: se utilizan más del 10% de los pesticidas del mundo en el algodón convencional y el 25% de los insecticidas mundiales. Los pesticidas una vez en la tierra, traspasan dañándola y llegan a las napas subterráneas y de ahí se daña el agua. También se contamina el aire causando problemas de salud en las personas también por ésta vía.

Respeta los ciclos de la tierra: mantiene el equilibrio y preserva la tierra y sus usos futuros.

Respeta a los trabajadores agrícolas: son los que están expuestos a los pesticidas directamente y experimentan graves problemas de salud a largo plazo.

Mayor calidad: el algodón orgánico es mucho más suave que el algodón común, permite a la piel una mayor ventilación y respiración.

Porque ayuda a proteger a los niños: los bebés y los niños son a menudo más sensibles que los adultos a los químicos sintéticos y reducimos así también la posibilidad de presentar reacciones alérgicas, nuestra piel respira mejor y contribuimos a nuestro ecosistema.

Los modelos TOPSOM y VISCOSOM de Natursom estan terminados con “Organic Cotton” para dar a nuestros clientes la mejor opcion de descanso biologico y natural contribuyendo asi a conservar el medio ambiente

El viscoelastico en el colchon

Ventajas e inconvenientes de los nuevos materiales

Una de las necesidades primordiales del cuerpo humano es descansar ya que, cuanto más profundo y sin interrupciones sea el descanso, mayor será el efecto reparador y renovador del sueño. Hay varias causas que evitan obtener un sueño de calidad interrupiendo la Fase REM  (Rapid Eye Movement) del sueño. Una de ellas es la presión que ejerce la superficie de descanso sobre nuestro cuerpo, hasta el punto de obligarnos a cambiar de postura una y otra vez. Ese movimiento provoca un microdespertar que nos hace salir de la fase de sueño profundo. La adaptabilidad del algunos materiales (viscoelástico) elimina la presión de la superficie de descanso sobre el cuerpo, permitiendo mantenerse más tiempo en la fase óptima del descanso. No obstante, hay que tener en cuenta que el sueño, según los especialistas, es una fase activa y necesita una serie de movimientos “naturales” durante el mismo; por esto es conveniente evitar superficies de descanso que provoquen la sensación de encajonamiento ya que, la necesidad natural de movimiento del cuerpo, al verse impedida provoca también el abandono súbito de la fase REM del sueño. Los especialistas en descanso han comprobado que el colchón óptimo para descansar no debe ser ni duro ni blando.

El material viscoelástico moderno y de buena calidad está formado por células abiertas y permite que el aire circule libremente, es por ello que el (viscoelástico) moldeado o de célula cerrada en ocasiones puede incrementar la sensación de calor en el lecho. Esta premisa suele ser más certera en productos de gáma básica que se anuncian como material viscoelástico pero que no tienen los tratamientos necesarios para que se adapten saludablemente al durmiente. En el caso del material espumado, también llamado de célula abierta, presenta una estructura en forma de nido de abeja, lo que garantiza la ausencia de calor en el colchón; además, para garantizar una higiene máxima en el descanso, y gracias a los avances tecnológicos de investigación y desarrollo, los materiales incluyen tratamientos antiácaros, antibacterias y antihongos, útiles durante toda la vida del colchón.

Distribución

Los colchones se venden principalmente en comercio especializado, tiendas de muebles y grandes superficies, aunque la tendencia creciente es la compra por Internet, ya que el consumidor cuenta con un periodo de prueba que le da confianza para probarlo durante varios días y comprobar así que realmente es apto para su descanso. El principal canal de distribución de colchones son las tiendas de muebles y páginas web especializadas, en donde se produce la primera compra de mobiliario de dormitorio, junto con el colchón y, generalmente, realizando una inversión básica al tratarse de un complemento. Luego están las ventas de reposición cuando se cambia tan solo el colchón, que se produce en el resto de establecimientos inviertiendo más en salud y confort. El mercado se reparte a partes iguales entre la primera compra y la de reposición. En cuanto al comercio especializado, las tradicionales colchonerías han dado paso a establecimientos de gama alta en los que se encuentran camas eléctricas, ropa de cama, e incluso mobiliario del hogar. Otros canales de venta son hostelería e instituciones, que agrupa hospitales, centros penitenciarios y fuerzas armadas.

Consejos prácticos

  • Para prolongar la vida del colchón, es recomendable seguir las instrucciones de cada fabricante en lo que a volteo se refiere. De este modo, se distribuye el esfuerzo soportado por el colchón en ambas caras.
  • Para un óptimo descanso se recomienda acudir a un especilista para testar el producto y conseguir aquel que permita una buena adaptación de la espalda.
  • La asociación española de fabricantes de muebles para el descanso ASOCAMA recomienda cambiar el colchón cada diez años.

El muelle ensacado

El colchón de muelles ensacados es la perfecta solución para el descanso, individualizando el espacio para cada persona  y dotando al colchón de la transpiración perfecta.

Este sistema aísla en sacos individuales cada uno de los muelles que componen su interior y los distribuye siguiendo la posición natural del cuerpo.

Este  sistema de muelles proporciona una absoluta independencia de movimientos, con una ausencia total de ruidos, aunque el peso y la masa corporal de los durmientes sea muy desigual.

Su excelente adaptación ergonómica aumenta el confort en los periodos de descanso diario, reduce los puntos de presión sobre el cuerpo, mejorando la circulación sanguínea y la relajación. Aumentando así su calidad de vida y evitando al mismo tiempo posibles dolores.

Esta técnica constructiva de colchones   proporciona el resultado más saludable. Su ligero interior facilita una transpiración rápida y una ventilación constante del colchón en la superficie de contacto.

El colchón su historia y tipos

El colchón es una pieza almohadillada  y flexible que se coloca sobre la cama y se utiliza para dormir. El colchón relleno de lana llegó a Europa tras las Cruzadas, cuando los europeos adoptaron la costumbre árabe de dormir sobre cojines. El nombre deriva del latín culcĭta, colcha, cobertura de cama.

Historia

Antiguamente, los colchones constaban de una funda rellena de materiales orgánicos como paja, lana, hojas, etc. que eran nido de pequeños insectos (ácaros, pulgas, chinches) por lo que había que ventilarlos y airearlos periódicamente. Los colchones de lana fueron populares en Europa  hasta bien entrado el siglo XX. En algunos países, existía la figura del colchonero  que era un profesional que viajaba de pueblo en pueblo aireando, rellenando y ahuecando los colchones de lana.

En el siglo XVI se lanzó en Francia el colchón de aire que gozó de un limitado periodo de éxito al igual que en el siglo XVII en Londres. A principios del siglo XVII se lanzaron en el Reino Unido los primeros colchones de muelles. El problema es que al tratarse de muelles cilíndricos no se comprimían sino que se vencían hacia el frente y los laterales.

A mediados de la década de 1850 se comenzaron a fabricar, todavía de forma artesanal, muelles cónicos que facilitaban su compresión vertical. Uno de los colchones más populares en Estados Unidos fue lanzado en 1925 por el fabricante Zalmon Simmons y se denominó Beautyrest.

 

Tipos de colchones

Colchón de lana:

Muy popular en las culturas y colonias hispánicas latinoamericanas desde el tiempo de Las Cruzadas hasta bien entrado en siglo XX, el colchón de lana fue la alternativa más popular para las clases populares. La fabricación de este colchón consistía en formar primero las tapas con un material textil grueso y luego subdividirlo en cámaras longitudinales de alrededor de 30 cm de díametro. La lana era lavada, escarmenada y clasificada antes de introducirla a cada una de las cámaras. La lana se metía a presión y a fuerza de brazo por cada cámara hasta lograr un colchón con superficie relativamente uniforme, muy pesados, de buena cualidad térmica pero poco resilentes. Este tipo de colchones desapareció a fines de los años 70 en las comunidades rurales latinoamericanas; aunque aún hay comunidades aisladas que los hacen de este modo.

Colchón de plumas:

Todavía muy apreciados y vigentes, los colchones de rellenos de plumas de ave son muy apetecidos por sus especiales cualidades de resilencia o flexoelásticas, en especial el colchón de pluma de ganso (o el de cisne)y el de pluma de pato. Las plumas de ganso brindan cualidades muy únicas de flexoelasticidad debido a su forma arqueada y además poseé cualidades térmicas que lo hacen muy apreciados en los climas fríos. Las plumas de ganso son subproductos de mataderos de aves y en algunos países son criadas como aves de corral en espera de la natural muda de plumajes, donde son recolectadas. Son colchones de alto costo por ende. Los colchones a base de pluma de gallina no presentan buenas cualidades flexoelásticas ni térmicas y no son actualmente usadas para estos fines.

Colchón de aire:

Son colchones modernos, actualmente en uso extendido para campings. Son literalmente bolsas rectangulares que se llenan con aire, la flexibilidad o dureza se logra quitando o agregando aire al interior. Si se llenan con aire completamente al límite, resultan colchones algo duros y de cierta resilencia, pero son muy livianos y fáciles de guardar una vez vacíos.

Colchón de materiales vegetales:

Muy usados en las culturas de Japón, China y Corea, son colchones muy delgados a base de fibras naturales como el tatami, la totora, y el arróz. No tienen resilencia y brindan una escasa cualidad flexoelástica al cuerpo en reposo; no obstante, parece ser que estas culturas tienen menores índices de deformaciones a la columna vertebral debido a su rigidez que las occidentales.

Colchón de muelles:

Muelles bicónicos

Es el más habitual. Su núcleo consiste en una carcasa compuesta por muelles fabricados con alambre de hierro de un espesor de alrededor de dos milímetros. Estos se fijan en la parte superior e inferior a una varilla de contorno de acero. La carcasa se suele proteger mediante un manto de fibras a la que se puede añadir una plancha de espuma de poliuretano. En sus esquinas se encajan cantoneras de espuma para dotarle de mayor consistencia.

Sobre ella, se colocan las tapas. La tapa está compuesta por una tela de variado material y diseño (damasco, piqué, etcétera) que se acolcha con una o varias planchas de espuma de poliuretano o, más recientemente, de látex. A la postre, la firmeza del colchón dependerá de la altura de la carcasa así como del número y densidad de planchas amortiguadoras que contenga. Las platabandas laterales también se acolchan en la misma tela y se cosen a las tapas por medio de burletes. En las platabandas, se practican orificios o se insertan válvulas de ventilación que permiten la circulación del aire durante la noche.

El colchón se puede reforzar suplementando material (manto de fibras, plancha de espuma, etc.) en determinadas zonas. Así se hace ocasionalmente en el tercio lumbar y más raramente en la zona cervical y podal.

Existen diferentes variantes según la configuración de los muelles:

  • Muelles bicónicos o Bonell. Los muelles presentan una forma de doble cono (es decir, se estrechan por el centro) que se adaptan mejor al peso de las diferentes partes del cuerpo. Es la llamada carcasa tipo Bonell.
  • Muelles cilíndricos o ensacados. Los muelles tienen forma de cilindro. Suelen ir ensacados para evitar sonidos molestos a causa del rozamiento.
  • Carcasa compacta. Se fabrica con alambre de hierro que atraviesa la estructura en forma de zigzag. A lo largo de todo el perímetro, se colocan muelles romboidales lo que confiere una mayor firmeza y rigidez al colchón.

Colchón de agua:

Su uso está muy poco extendido debido a su peso pero algunas firmas lo siguen ofreciendo en sus catálogos comerciales. El núcleo consta de un conjunto de módulos estancos rellenos de agua. El primer colchón de agua apareció ya en el 3600 a. C. en Persia, formado por cueros llenos de agua.

Colchón de látex:

Colchones de látex sobre camas eléctricas.

Se compone de un bloque de látex envuelto en una funda acolchada. La obtención de dicho bloque se consigue al espumar el líquido obtenido del árbol Heveas Brasiliensis, abundante en Malasia.

El bloque toma forma del molde de diferentes fabricantes. Generalmente, dispone de orificios que permiten la circulación del aire y que se distribuyen de manera desigual sobre la superficie para crear diferentes zonas de confort. El látex se adapta al cuerpo de manera más uniforme que los muelles por lo que se considera una evolución de este tipo de colchón. Otro uso del látex se da como sustitución de las planchas de poliuretano de los colchones tradicionales proporcionando así una fórmula mixta de descanso. La adaptabilidad del látex hace a los colchones idóneos para combinarlos con somieres abatibles o camas eléctricas.

Exiten varios tipos de látex de lo que depende la calidad del colchón.

  • 1. Sintético: se obtiene a partir de una formulación sintética del látex.
  • 2. Mezcla: va desde el 20% de látex, a un 50% del mismo, combinado con espumas. Generalmente son menos propensos a desarrollar humedad y son menos pesados que los de látex natural.
  • 3. Natural: se considera natural cuando en un 85% es látex y el resto espumas u otros tipos de materiales, generalmente, aditivos utilizados para el transporte a Europa del líquido obtenido en Malasia.

Es muy importante tener en cuenta que la legislación en España permite etiquetar a los dos primeros tipos de látex como Látex 100%, lo cual habitualmente lleva a engaño ya que se trata de productos que son sintéticos en su mayor parte.

En el caso del látex natural, por lo general de coste más elevado, puede ser etiquetado como tal cuando supera el 85% de materia natural. Las principales pegas es que el látex debe ser aireado al menos dos veces en semana y si el porcentaje de látex natural es muy alto, el colchón resulta muy pesado para moverlo, se degrada antes que el sintético y es más dado a desarrollar moho.

 


Colchón de espuma:

Bloques de espuma y fundas para montar los colchones.

Se compone de un bloque de espuma de poliuretano de densidad variable (40kg., 50 kg., etc.) enfundado en una tela, generalmente, de algodón.

Colchón de espuma viscoelástica:

El material viscoelástico (poliuretano flexible) fue desarrollado por la NASA con unas propiedades únicas e innovadoras para aliviar la presión del cuerpo. Este tipo de material sintético nació como resultado directo del programa espacial en los años sesenta, aunque fue a principios de los 90 cuando los investigadores consiguieron incorporarlo al uso doméstico. El material viscoelástico (también llamado viscolástica, visco elástica, viscolastic, viscoelástica, etc) incorporado en artículos del descanso, en un principio se utilizaba sobre todo en hospitales, pero en los últimos años su comercialización se ha generalizado tanto que este tipo de colchón ya se encuentra en muchos hogares. Entre las propiedades del material viscoelástico destaca su gran adaptabilidad y su grado de firmeza medio.

Los colchones de espuma viscoelástica se componen de varias partes de densidad variable realizados con una espumación llamada de alta resilencia o HR (High Resilence), desde 18 kg/m³ en las gamas más básicas y llega hasta 90 kg/m³, dependiendo de la firmeza que desee el durmiente. Esta densidad determina que el colchón sea más blando o más duro, es por eso, que una densidad media es más adecuada que una muy blanda o demasiado dura. En el primer caso puede resultar en un soporte insuficiente para el cuerpo y la alineación saludable de la columna y en el segundo caso, la dureza del material puede hacer que la ingravidez, propia de este material, desaparezca, además de que la transpirabilidad sea casi nula puesto que esa alta densidad no permite que el poro apenas esté abierto para que el aire circule.